Las pruebas de diagnóstico de COVID se han convertido en la orden del día de muchos de nosotros, ya que es la herramienta clave para la detección de la enfermedad en nuestro organismo y así evitar una mayor transmisión de contagios. Además, se caracterizan por su alta eficacia y rapidez a la hora de impregnar un resultado determinado, aunque todavía existen dudas acerca de esta herramienta.

Las pruebas PCR y los test de antígenos son las únicas pruebas de detección usadas y reguladas por las autoridades sanitarias en los diferentes centros sanitarios y farmacias de nuestro país. A continuación, te mostramos la diferencia que existe entre una PCR y una prueba de antígenos.

La PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa) consiste en una prueba que permite la detección de una infección activa por COVID, y permite conocer si estamos infectados en el momento de la realización del diagnóstico, según arroja la AEMPS. Además, es una de las herramientas con mayor porcentaje de fiabilidad, a diferencia de los antígenos, debido a que los sanitarios analizan la muestra en el laboratorio, con el objetivo de procesarla y establecer un resultado exacto. El resultado puede tardar horas, mientras que el test de antígenos tarda 20 minutos en precisar un diagnóstico.

También, las PCR son solicitadas por los gobiernos a la hora de cruzar las fronteras, ya que cuenta con una fiabilidad más alta que un test de antígenos, debido a un “grado menor de sensibilidad”, a la hora de determinar un resultado. Por ello, los test rápidos pueden manifestar un resultado no concluyente, en el momento de que la carga viral sea muy baja o hayan pasado siete días después de la infección.

Otra de las diferencias es el precio de ambas pruebas, ya que las PCR en clínicas privadas tienen un precio entre los 50 y 100 euros, a diferencia de una prueba de antígenos que ronda entre los 25 y 50 euros. Además, los test rápidos de farmacia tienen un valor entre los cinco y diez euros, en función de la efectividad y la farmacéutica.

Al igual que las PCR, esta prueba de detección determina la existencia de una infección activa por COVID en nuestro organismo, y permite conocer la situación más alta de la infección e impregna la carga viral que tenemos cuando estamos contagiados. Además, la identificación de esta prueba se establece por la presencia de proteínas en la superficie del virus.

En cambio, una de las principales diferencias entre ambas pruebas de diagnóstico es la rapidez, ya que los test antígenos manifiestan un resultado a los 15 o 20 minutos tras la realización de la prueba. También, estas pruebas de detección se venden en farmacias, sin necesidad de acudir a un centro sanitario, como sería el caso de las PCR. Esta prueba no tiene la capacidad suficiente de conocer si ya se ha superado la enfermedad.

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