Los CDC cambiaron las medidas restrictivas, como las cuarentenas y el distanciamiento físico para quienes han tenido contacto con un enfermo de covid-19. Ahora buscan que el sistema de salud se centre en aumentar la vacunación y reducir las secuelas graves de la enfermedad.

Debido a que la población vacunada y que ya ha tenido la infección aumenta en los Estados Unidos, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) acaban de actualizar sus lineamientos para prevenir la infección, entre los que se incluía el aislamiento de las personas enfermas y sus contactos cercanos.

Al parecer, la autoridad sanitaria busca simplificar las restricciones e incentivar a la población a responsabilizarse de los riesgos, todo con el fin de permitir que las personas puedan tener una vida más cercana a la que tenían antes de la pandemia.

Aunque dichas directrices se enmarcan en el contexto epidemiológico de Estados Unidos, estas podrían servir para otros países, como Colombia, que, de he hecho, ya ha flexibilizado muchas de sus medidas.

Estos son los cambios más importantes y lo que sigue igual dentro de las nuevas directrices emitidas por los CDC.

Esta es una de las preguntas más frecuentes que sigue presente en los servicios de salud en Estados Unidos.

La recomendación de guardar cuarentena ha sido eliminada y constituye uno de los cambios más importantes de las nuevas directrices. Ahora, las personas que han estado en contacto con un caso confirmado de covid-19 pueden seguir con sus rutinas habituales, independientemente de las vacunas que haya recibido, siempre y cuando no tengan síntomas.

No obstante, deben usar tapabocas bien ajustado por 10 días completos —tiempo que duraba el aislamiento en estos casos—, estar atentas a los síntomas, tomar medidas adicionales de seguridad con las personas vulnerables (con factores de riesgo para desarrollar complicaciones por la enfermedad) y hacerse la prueba, al menos, cinco días después de la exposición (antes puede ser negativa ya que no se han formado anticuerpos contra el virus).

Si la prueba es casera —de antígenos, que, en Colombia, solo está disponible en los servicios médicos— debe hacerse al menos tres, con 48 horas de diferencia entre ellas, en caso de salir negativas.

Las personas que desarrollan síntomas de covid-19, por otro lado, deben hacerse al menos dos pruebas con 48 horas de diferencia.

Es necesario aislarse en casa, por al menos cinco días y mantener distancia de las personas con las que convive. Esta recomendación no ha cambiado.

Sin embargo, las nuevas directrices advierten que si no hay síntomas durante el aislamiento —o estos mejoran y no hay fiebre en 24 horas—, el aislamiento puede suspenderse al sexto día.

Antes, los CDC recomendaban que las personas con covid-19 usaran tapabocas por 10 días completos. Según las nuevas directrices, pueden dejarlo si dos pruebas (rápidas, de antígeno) consecutivas, con al menos 48 horas de diferencia, son negativas. De lo contrario, el tapabocas se indica por 10 días.

Las personas cuya enfermedad ha sido catalogada como moderada o grave, o quienes tengan una afección inmune, deben aislarse por 10 días.

Si los síntomas reaparecen después de estar aislados, el paciente debe reiniciar el aislamiento y las pruebas en los tiempos recomendados.

En teoría, las nuevas directrices podrían librar las instituciones educativas y empresas de algunas restricciones que han sido difíciles de ejecutar, como establecer e implementar reglas diferentes para los casos positivos, quienes han estado en contacto con ellos, así como entre las personas vacunadas y no vacunadas.

Según las indicaciones de los CDC, los niños que han estado en contacto directo con un enfermo de covid-19 ya no tienen que quedarse en casa y no es necesario que las escuelas les hagan pruebas frecuentes para determinar su asistencia a clases.

Los CDC han concluido que, en la mayoría de escenarios, el rastreo de contactos y las pruebas rutinarias de vigilancia en personas asintomáticas ya no son necesarios.

De hecho, las cuarentenas en los colegios no han estado exentas de objeciones, sobre todo en un sistema como el colombiano.

Sin embargo, las directrices de los CDC en este aspecto hacen la salvedad de que los colegios que presentan brotes pueden adoptar precauciones adicionales temporales, como pruebas de vigilancia, rastreo de contactos, uso de tapabocas, además de abrir puertas y ventanas para mejorar la ventilación.

Por un lado, se encuentra el gremio docente que reclama mejores condiciones laborales para enfrentar la pandemia y, por el otro, un país donde el acceso a internet es limitado.

En 2021, solo el 23,9 por ciento de las familias rurales en el país tuvo acceso a Internet, mientras que el porcentaje total nacional fue de 56,5. Hay departamentos enteros donde el acceso a la comunicación en línea es casi nulo: para abril de 2022, la conectividad en Vaupés fue de 0,13 por ciento y, en Amazonas, de 1,64 por ciento, según cifras del Ministerio de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.

Sin embargo, es posible que las nuevas directrices no impliquen mayores cambios en muchas instituciones educativas, las cuales se han venido alejando cada vez más de estas medidas.

Sin embargo, algunos colegios, sobre todo en las zonas urbanas, sí toman como referencia los lineamientos oficiales, lo cual podría llevar a que se flexibilicen las recomendaciones en estas poblaciones.

Las recomendaciones generales en este aspecto no han cambiado, excepto por lo indicado a quienes hayan tenido contacto con casos confirmados

Los CDC recomiendan que todo mayor de 2 años de edad use tapabocas bien ajustado, en espacios públicos cerrados, cuando la transmisión de covid-19 dentro de la comunidad local sea elevada.

Adicionalmente, quienes están en alto riesgo de desarrollar complicaciones de salud también deben usar tapabocas cuando la transmisión local sea intermedia o alta.

Cabe recordar que entre los principales factores de riesgo para desarrollar complicaciones por Covid-19 indicados por los CDC se encuentran tener más de 50 años, tener previamente enfermedades inmunológicas, cardiacas, neurológicas, renales, hepáticas o pulmonares; obesidad, cáncer, sedentarismo, estar embarazada o haberlo estado recientemente; ser fumador o farmacodependiente.

La recepción de los nuevos lineamientos de los CDC, sin embargo, no ha estado libre de cuestionamientos. Por ejemplo, el doctor Eric Topol, director del Instituto de Investigación Traslacional Scripps (California, Estados Unidos), señaló algunos en un artículo de opinión publicado en el diario The Guardian, en el cual considera que, “lamentablemente, los CDC perdieron una oportunidad de ayudar a proteger a las personas mayores y a los altamente vulnerables”.

A finales de diciembre de 2021, con la ola por la variante ómicron BA1, “los CDC propusieron una política de aislamiento de cinco días, sin ninguna prueba, con el fin de evitar la propagación de las infecciones a otras personas y sin defender la necesidad de realizar pruebas rápidas de antígenos”, dijo Topol.

“De hecho, múltiples estudios han demostrado que la mayoría de las personas siguen siendo infecciosas después de cinco días, incluso con una evaluación rigurosa que muestra que el virus puede aislarse en algunas personas con infecciones por ómicron a las dos semanas”, agrega el experto.

En su publicación, Topol también sostiene que “acabar con el aislamiento, eligiendo arbitrariamente un tiempo corto de duración —haya síntomas o no— y abogando por la mascarilla ha promovido sin duda la propagación de las infecciones. Al seguir respaldando firmemente esta orientación errada de los CDC, nuestra agencia de salud pública ha fracasado en su misión homónima de controlar y prevenir el covid-19”.

El especialista también critica que los CDC consideren que un individuo con dos dosis de la vacuna contra el covid-19 está “totalmente vacunado”.

De hecho, esto hizo que una parte considerable de la población asumiera que las dos dosis de refuerzo no son necesarias. Por eso, afirma, la tasa de aplicación de las dosis de refuerzo en Estados Unidos solo llega al 32 por ciento de la población.

Un caso diferente puede ser Colombia, donde en junio pasado tenía al 71,3 por ciento de la población contaba con el esquema completo, según cifras del Ministerio de Salud y Protección Social.

“Creo que, en general, se alinean con lo que la gente está haciendo de todos modos”, le dijo a CNN el doctor Peter Chin-Hong, infectólogo de la Universidad de California (San Francisco, Estados Unidos).

El especialista también señaló que las nuevas medidas reflejan las actitudes predominantes hacia la pandemia y son un movimiento de los Centros para tratar de recuperar la confianza del público: “En mi opinión, lo que los CDC intentan hacer es seguir siendo relevantes y, tal vez, cuando digan algo, la gente los escuchará en lugar de estar completamente a 180 grados de distancia de lo que es el comportamiento de todos modos”.

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